MODULO N° 3
Descubriendo y Resolviendo Problemas/Conflictos Administrativos
1. ¿Qué Vamos a Descubrir?
- Cuando el Director es Autocrático
El Director Autocrático, aquel director que considera el trabajo por encima de todo. No se interesa por las relaciones humanas, lo constituye un contra-sentido, porque el trabajo se resiste.
El este tipo de director tiene, por lo general, escaza confianza en los demás; cree que todo ser humano posee una especie de rechazo natural al trabajo y que, por ello, es necesario controlar, dirigir, impartir órdenes y, aun, amenazar con sumarios, traslados, despidos.
Vive entonces, preocupado de que los demás trabajen, lo que en las escuelas se entiende como “dar clases”. Desconoce lo que significa motivar y su idea del trabajo es muy simple: unos ordenan; los demás, obedecen.
Cuando suena el timbre que marca el inicio de clase, está pensando en observar con aire severo que los profesores recojan sus materiales y se vayan a los salones. Se preocupa de que todos los cursos estén con un profesor, y que se cumpla la jornada lectiva del tiempo correspondiente del horario de clases. Pero tal como ocurre con el burócrata, tampoco le importa cómo se desarrolla una hora de clase.
En el mejor de los casos, este director consigue obediencia ciega; en el peor, deserción masiva. Para él, todo lo que se salga del esquema formal tiene algo malo, escondido.
Por ejemplo, si la profesora de Ciencias Naturales lleva a un curso al porque o al jardín, para hacer una clase activa, lo considera, lisa y llanamente perdida del tiempo. Así es probable que el profesor de artes plásticas, que pensaba llevar a un curso a una exposición, desista de ello.
El Director Autocrático tiende a fabricar desertores; se preocupa de los aspectos formales de la tarea y desatiende los aspectos de fondo, que de verdad inciden en la calidad de la educación.
La discusión académica prácticamente no se dará. A lo más quedará reducida a cuestiones de mayor importancia. Si prospera, será por el dinamismo propio de los docentes, a quienes costará muchísimo desarrollar líneas de innovación.
El Director Autócratico cree que el mejor comité o comisión es él; formado por una sola persona, porque piensa que se trabaja mejor estando solo. Por ello, se aísla de todo el mundo: de profesores, alumnos, acudientes, salvo cuando se trata de impartir órdenes.
Este tipo de director suele presentar aires de omnipotencia; felizmente está en extinción. Rara avis (rara ave), queda en evidencia con facilidad. En la comunidad educativa, la gente disfruta eludiéndolo y, algunos, inventando pequeñas trampas para hacer lo que más le place.
El lema del Director Autocrático puedes ser el siguiente: “Si todos trabajan como yo, otro gallo cantaría”.
*El Director Autocrático Benévolo
Variante del anterior, este director confía en la bondad de sus propios métodos. Prácticamente se ha fabricado a sí mismo, escalando posiciones con mucho esfuerzo y determinación. Tiene la orientación hacia la tarea que caracteriza al Autocrático, pero es mucho más suave y eficaz.
El Direcvtor Autocrático Benevolo se preocupa de la forma en que se realiza la tarea y consigue cierto grado de eficiencia. Sin embargo, no está seguro de cómo sacar el máximo provecho a su gente. Él se entrega por entero, pero no consigue lo mismo de sus subordinados.
Esto, porque no logra conciliar la orientación hacia la tarea con una adecuada dosis de creatividad y confianza hacia los demás. Por ello, su estilo de dirección va minando lentamente el interés de la organización por las grandes metas que preocupan a la escuela.
A este tipo de administración escolar le hace falta una labor de integración, con efectiva participación de todos los estamentos en el quehacer de la escuela.
Los alumnos se sienten más bien manejados que orientados; la participación es, por lo general, forzada, superficial, porque el dirigir (“Hágalo como yo quiero”) aunque sea implícito, se nota. En estos colegios, la disciplina se resiente con facilidad. Si las cosas funcionan, también será a pesar del director.
Una de las frases favoritas del Director Autocrático Benévolo es esta: “Sé que debemos hacerlo así; mi experiencia lo demuestra.”
Esto, porque no logra conciliar la orientación hacia la tarea con una adecuada dosis de creatividad y confianza hacia los demás. Por ello, su estilo de dirección va minando lentamente el interés de la organización por las grandes metas que preocupan a la escuela.
A este tipo de administración escolar le hace falta una labor de integración, con efectiva participación de todos los estamentos en el quehacer de la escuela.
Los alumnos se sienten más bien manejados que orientados; la participación es, por lo general, forzada, superficial, porque el dirigir (“Hágalo como yo quiero”) aunque sea implícito, se nota. En estos colegios, la disciplina se resiente con facilidad. Si las cosas funcionan, también será a pesar del director.
Una de las frases favoritas del Director Autocrático Benévolo es esta: “Sé que debemos hacerlo así; mi experiencia lo demuestra.”
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