jueves, 17 de noviembre de 2011

individual de GLORIA TROYA modulo nº3 Docente y Director Grupo nº3


La comunicación
Esta se da en dos aspectos importante en los centros educativos.

  • La resistencia al cambio
«El que quiera reconocer el carácter efímero del mundo, debería leer periódicos antiguos para ver lo insignificante que resulta luego lo que en su día fue tan importante». Somerset Maugham.

El  elemento constante en los medios comunicación se presenta entre el docente y el directo cuando  la máxima autoridad del plantel permite que se  dé la dualidad entre lo nuevo y lo viejo. Un profesor joven se enfrenta con las tradiciones ancestrales de claustrales viejos, autoritarios e hipócritas o malvados. El maniqueísmo más radical es el estereotipo. La resistencia al cambio se presenta en mayor grado en los profesores, al contrario que en la realidad, que se da con tanta o mayor frecuencia en los alumnos. No en vano, han transcurrido muchos años estableciendo una relación dual e hipócrita en la que la idealización del que enseña como fuente inagotable de sabiduría era contrapuesta con el rechazo que fomenta la forma autoritaria en que se lleva a cabo la enseñanza.

Tal vínculo fomenta la idea de que quien más radicalmente se opone a un sistema autoritario en otras esferas de la vida social, perpetúa en detalle el verticalismo y se resiste a sustituirlo por un vínculo de cooperación y donde la competencia por el poder que representa sea sustituido por una verdadera competencia en cuanto al conocimiento como algo a crear «entre» profesores alumnos y director.

  • Agresión y dependencia
«En el bastón de Balzac se lee esta inscripción: ‘Rompo todos los obstáculos’. En el mío: ‘Todos los obstáculos me rompen’. Lo que hay de común en ambos casos es: Todo.» (Kafka).

En la medida en que la represión es tanto más peligrosa cuando es oculta y velada para represores y reprimidos creo que debiéramos reflexionar acerca de las relaciones existentes entre el aprendizaje y la agresión arrojando el trato entre docente y director.
La agresión asume formas directas e indirectas. Bajo la forma directa basta observar el modo en que se comporta un profesor en las situaciones de examen, la respuesta que le da al jefe inmediato, en la comunicación dentro del aula, en la comunicación informal con sus alumnos para reconocer una mezcla difusa de deseos y dificultad de acercamiento a los alumnos.

Sería ocioso mostrar la agresión bajo la forma de castigos, sanciones, suspensos o limitaciones por parte de los profesores; más interesante en cambio es reflexionar acerca de las formas indirectas de agresión o formas latentes de dependencia.

Algunos directores tienen también sus particulares formas de agresión a los profesores, enfrentándose colectivamente, rebelándose, obviando sus enseñanzas o pasando directamente a la acción ofensiva contra ellos mediante jugarretas, bromas y desautorizaciones frente al estudiante o colegas y porque no decirlo poniendo en ridículo.
Es por ello que la comunicación entre docente y director debe ser sana, respetuosa y equilibrada.







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