domingo, 23 de octubre de 2011

Aportacion individual Grupo 2: Que vamos a describir? cuando el director es autoritario y democratico


Hay diversas ideas sobre el poder del director. Algunos sostienen que la imagen del director todopoderoso, otros dicen que el carácter y la calidad del director son, con mucho, las principales influencias en la escuela. Sin embargo, para otros, los directores no tienen tanta libertad.
Por una parte, el director enfrenta problemas para mantener el control tanto en el sentido organizativo de asegurar la continuidad y la supervivencia, como en el sentido educacional, mediante la elaboración y aplicación de una política. Estas presiones y expectativas en relación a la figura del director expresan las dos funciones básicas de la dirección: la función que concierne a las tareas e iniciar y dirigir y la función humana.
Los directores están investidos de algún grado de autoridad, ejerciendo algún tipo de liderazgo. La mayoría de los estilos de liderazgo exigen un mayor o menor grado de apoyo mutuo entre el líder y los que dirige. Un estilo de liderazgo es un proceso activo, es un modo de poner en práctica el liderazgo dentro de la realidad social cotidiana de la escuela. Esta concepción de liderazgo reposa en el poder como un resultado, algo que se logra en y mediante una ejecución, en y mediante la acción conjunta. El poder es disputado, no investido.
Los estilos de dirección son actuaciones y por tanto es decisivo que el director logre inspirar un sentido de credibilidad en papel que juega. Los profesores por ejemplo, están muy atentos a la actuación de su director y son “críticos” apasionados y muy competentes.


Cinco estilos


Ball identifica cuatro tipos en la actuación de los directores. Los tres estilos principales son el interpersonal, el administrativo y el político; este último es dividido en dos variantes, el antagonista y el autoritario:



• El estilo interpersonal
• El estilo administrativo
• Estilo político
• Estilo antagónico
• Estilo autoritario.

Estilo Autoritario


El director autoritario se preocupa directamente por imponerse. La exposición es el modo primario de relación verbal, aunque el director autoritario no ofrece ninguna probabilidad de reconocer ideas e intereses rivales. Evita, impide o simplemente ignora la oposición. No se brinda oportunidades para la elaboración de ideas alternativas o la afirmación de intereses alternativos, fuera de los que el director define como legítimos.
El director autoritario puede apelar de hecho al engaño consciente como método de control organizativo. Este tipo de director es poseedor de una alto sentido del maquiavelismo, es hábil para forjar alianzas estratégicas, pero reprime o manifiesta las emociones según sea necesario. El director autoritario parece sentir un horror patológico hacia el enfrentamiento y favorece el statu quo. Las relaciones con los docentes y subalternos son de dependencia, obediencia y renuncia. Tal estilo de liderazgo parece más común entre directores de largos años de servicio o en escuelas donde las “tradiciones” son valores muy apreciados y defendidos por la coalición dominante, no ofrece ninguna probabilidad de reconocer ideas e intereses rivales, evita, impide o simplemente ignora la oposición, no les da la alternativas él las impone, reprime y manifiesta emociones, es capaz de ver a las personas cuando miente, si cree que existe algún conflicto llega al final de la reunión para evadir conflictos.


Estilo administrativo



El modelo práctico del director administrativo es el administrador industrial. El uso de técnicas de administración en la escuela implica la importación dentro de la escuela de estructuras, tipos de relaciones y procedimientos de control organizativo tomados de la empresa. El director administrativo es el jefe ejecutivo de la escuela; generalmente está rodeado y apoyado por un equipo de administración (subdirector y profesores). El director se relaciona con el personal por medio de este equipo y una estructura formal de reuniones y comités. Ambas responsabilidades y estructuras se esbozan y se sustentan en documentación escrita que especifica los términos de referencia y las descripciones de las tareas.
El director como persona puede ser considerado liberal, abierto y democrático; pero la administración como sistema, no. La administración como solución al problema político de la organización es defectuoso en las funciones relativas y en las tareas. Si bien en su forma ideal, los procedimientos legales y racionales aseguran que las formalidades de la consulta sean públicas y visibles. Es muy posible encontrar al director de tipo administrativo en el rol de burócrata atado a su escritorio, administrando detrás de la puerta cerrada de su oficina.
En el estilo administrativo, el énfasis en el control de la organización se orienta hacia la posición más que hacia la persona. La información y la influencia fluyen por canales y estructuras formales. Una medida del éxito del director administrativo es que no exige nada a los que controla, en verdad no se percatan de él. Aunque las sesiones de la administración superior no se hacen públicas. Frente a este estilo de liderazgo, los profesores se quejan con frecuencia de que los excluyen de las decisiones importantes. En esta dinámica se reemplaza al hombre culto por el especialista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario